jueves, 28 de octubre de 2010

DISTINTOS COMENTARIOS

En el capítulo cuatro del segundo libro de los REYES encontramos una pequeña colección de milagros de parte del profeta Eliseo. Cada milagro que aparece aquí es una demostración del extraordinario poder y prestigio que poseía el profeta de Dios. Tratar de explicar algunos de los elementos milagrosos de estas historias no sería de mucho provecho. Sin embargo existen algunas lecciones que sin lugar a dudas serían de mucho beneficio para el crecimiento espiritual y teológico de cada lector.

Muy distinta es la condición de la protagonista de este segundo relato. Marcado por la triple repetición de un día (8:11.18). Mujer rica, con una casa en Sunén( en el valle de Yizreel), centraliza y dirige todas las iniciativas a lo largo de la narración. Persuade a Eliseo de que coma allí; y que lo haga cada vez que pasa (vs 8); lo reconoce como hombre de Dios, santo (única vez en la Biblia que se dice de un profeta) y propone a su marido la construcción y mobiliario de una habitación superior para él. Y así fue.
Un día pasó por Sunén…
Un día están allí Eliseo y su criado…
Un día el niño enferma en el campo…

lunes, 25 de octubre de 2010

COMENTARIOS Y VARIANTES TEXTUALES DE LA PERÍCOPA

En el versículo 8-37, encontramos una hermosa historia desde el principio hasta el fin. Esta llena de gracia y encanto. Notamos que la amabilidad inicial de la mujer Sunamita y su esposo hacia el profeta, era sin esperar nada a cambio. (vs 10) EL pequeño cuarto que este matrimonio le construyó a Eliseo estaba situado en la parte de arriba de la casa, con acceso de una escalera que se ubicaba por fuera de la misma. De esta manera la entrada o salida hacia el pequeño cuarto de arriba sería independiente de la casa. Todo esto era una simple expresión de un corazón hospitalario. No fue la mujer la que pidió algo a cambio del profeta Eliseo; sino que fue él quien propuso a su sirviente Giezi qué se podía hacer por ella. Dios quién escudriña los corazones le muestra a Eliseo el más alto deseo del corazón de la Sunamita. Cuan a menudo bajo la apariencia externa de prosperidad y de bienestar, se esconde un corazón decepcionado y necesitado. Atender estas necesidades ( las del corazón)era la tarea de este ministro de Dios. Al cabo del tiempo correcto de la gestación.
La Sunamita iba a concebir un hijo, el cuál más tarde el profeta le iba a resucitar. (vs 29) El mandato del silencio de parte del profeta a su sirviente no tenía que ver con la velocidad. Muchos ejemplos de esta necesidad de silencio se dan en libros de religión primitiva. En Morocco la palabra “baraka” es afectada por el habla, especialmente cuando se habla en voz alta. Así que para mantener la efectividad del poder era necesario el silencio. (vs 35) La referencia de estornudar no es encontrada en la LXX, y es probablemente un error dado por la litografía. De acuerdo con la LXX, el profeta se estiró el mismo siete veces sobre el niño.

lunes, 18 de octubre de 2010

Diferentes Versiones Del Texto

NUEVA VERSIÓN INTERNACIONAL

(vs 29) Eliseo dijo a Giezi: Ciñe tus lomos, toma mi bastón y corre. Si en el camino te encuentras con alguien no le saludes, y si alguno te saludare, no le respondas. Y luego pon mi bastón sobre el rostro del niño

NEW LIVING TRANSLATION(2007)

Después Eliseo dijo a Giezi: Prepárate para viajar, toma mi bordón y no pierdas el tiempo en el camino, ve rápidamente hasta el niño y ponle mi bordón en su rostro.

GOD´S WORD TRANSLATION(1995)

y el hombre de Dios dijo a Giezi: Ponte tu cinturón, toma el bastón de pastor de ovejas, no te detengas con nadie, hasta llegar donde esta el niño y coloca el bastón sobre su rostro.

BIBLE IN BASIC ENGLISH

Y luego él dijo a Giezi: Prepárate y toma mi báculo y vete; si alguno te aparece en el camino, no le bendigas, y si alguno te bendice no le respondas, llega hasta el niño y pon mi báculo sobre su rostro.


Estas son algunas de las versiones que me llamaron la atención. A continuación escribiré el texto con mi versión:

NUEVA VERSIÓN JEFFERSIANA

Entonces Eliseo dijo a Giezi(valle del visionario), ajústate los pantalones sobre tu cintura, y toma mi bastón(toma el control de la situación) en tu mano, y si alguno se encuentra contigo, no le bendigas, y si algún individuo te bendice no le respondas, sigue hasta donde esta el niño y pon el báculo sobre su rostro.
Y la madre del niño dijo: Vive mi Señor, como vives tu, que no te dejaré.
Entonces Eliseo se levantó y la siguió. Y Giezi(valle del visionario), se adelantó y colocó el báculo de Eliseo en el rostro del niño, pero sin efecto. Así que se regresó para declarálo al profeta.
Y como Eliseo llegó a la casa de la Sunamita, he aquí que el niño estaba muerto en cama.