Cuando el niño enfermó en el campo al primero que recurrió fue a su padre. Cuan a menudo nosotros recurrimos a nuestro Padre celestial cuando estamos en dolencias y problemas. Después el texto nos dice que el padre del niño lo lleva donde la madre; donde la madre hace todo lo posible para poder mantener al niño vivo y tranquilo. El niño se duerme pero no vuelve a despertar ¡muere!
El ser humano trata con incesantes esfuerzos solucionar sus problemas y tratar con sus esfuerzos limitados arreglar las consecuencias del pecado. “La muerte” no es algo que el ser humano puede solucionar por si solo. El pecado rompió la relación directa que el hombre tenía con Dios; a causa de esto la muerte entro como un intruso en la vida del ser humano. Sin embargo Dios quien es el único que puede resolver el problema del pecado, propone resolverlo, y a la vez el ser humano tiene que aceptar y confiar en la propuesta de Dios. El texto aquí apunta a las situaciones duras que muchas veces la vida (distorsionada por el pecado) nos presenta. Es Dios quien soluciona este problema. Dios es el creador de la vida y el tiene potestad de darla y volverla a quitarla. La confianza en Dios es uno de los puntos clave de esta hermosa perícopa. Al final de la historia Dios resucita al niño que había muerto demostrando su poder y soberanía aún sobre la muerte.
la verdad que si es tan fragil la vida, si supieramos q lo que nos separa de Dios es solo un latido, pero que esperanza es que tenemos una esperanza de estar con El pronto, confianza, paz, que lindas palabras
ResponderEliminarQue hermoso, hasta en historias pocas comunes e inusuales la presencia de Dios es manifiesta, muy buen trabajo, Lic. Jefferson Ayala.
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